julio 27, 2007

Te quiero tocar el cuerpo y entrar,

Abrirte un beso desde la boca

Izar una única palabra en tus labios

una silaba discreta que me perdone cada vez

Si es que te despojo


Ensayo una herida acorralada en tu entrecejo

ser en ella como la mano triturada es en las tijeras

ser en ese cráter un ombligo obligado a desatarse sin que la raíz duela

una boca que desea la violencia de su lengua

Crear la herida y ser en ella hasta volverme trazo doloroso

eso es invocar el acto con la mirada


Demasiado respeto para hablar de deseo.


Pulverizar la rosa con los ojos es precisamente así

Tomar el deseo y colocarle un tutú

que baile

que baile como animal que quiere ser exorcizado

que baile, entonces, de puntillas sobre la lengua amenazante

que baile arrancándose la piel y las pupilas

que baile ciego de furia, de puntillas, exorcizándose

mareado de goce

bestializado


Pero el poema es una rama enloquecida

las palabras arrebatan una ira que es casi distinta a la mía

No hablo de deseo o sí

Hablo de amor o no lo sé

Sé que no hablo de mí misma sino del acto de ser yo en tu cuerpo

Demasiado calor en los dientes para nombrar el amor

Demasiado fuego en las palabras para decirte: ven

y que no se derrita mi boca