La angustia sigue y debajo los pies
Arriba la cabeza y un manto azul con cosas blancas que nunca bajan
Las únicas manos que veo se van cubriendo de carcoma
Los pies se van deformando, se arrastran
Volvemos a ser reptiles esperando a que se acabe la sequía,
sacando la lengua y esperando
esa calle, siempre, esa carretera que no se termine
Pero el sueño también se deshace
porque todo esto es un conteo maldito
Las paredes manchadas, la tela deshebrándose
La carne, las migajas de carne que voy dejando cada vez que amanece
Y la noche que siempre llega
No escribiré sin luna o con luna
La luna no significa nada
Nunca significó nada
La luna está más lejos que cualquier farol
Y mis ojos siguen pudriéndose, mirando la carretera, el edificio
El paraíso que hemos elegido: el manto gris, la carretera
Vivir debe ser un vicio
Cada noche siento que es igual en cualquier otra parte
3 Comments:
Ariadna, que bueno volver a leer tus versos.
Me gustó mucho.
Recibe muchos abrazos,
Ro
Está muy bueno Ariadna. Y tienes mucha razón: "vivir debe ser un vicio", nos aferramos a lo poco que tenemos, a la tierra en la que vamos a pudrirnos, nos sembramos en la nostalgia del día... y ahí florecemos, como heliotropos perfumados, para marchitarnos después y gotear nuestras tristezas.
Un abrazo fuerte, qué bueno que estás de vuelta. Daniela
Hola Rosa y Daniela, gracias por pasar por aquí como siempre
besos
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