mi poema tiene bazo
un ojo
cejas parabrisas carreteras
se sienta en la acera con los dientes sucios
mirando los toldos amarrillos
toca todas las puertas
se lame las rodillas
se pinta la boca y tiembla
como aprendiendo a esperar
como yendo detrás de las palabras
pero nunca va detrás de las palabras
tampoco espera
porque ellas llegan como gatos
con un ópalo colgado en cada cola
no es mi poema
no viene de mi
no soy yo
no mueve las manos mientras escribo
no tiene manos
tampoco se parte el cuello a la mitad ni se mira en los espejos
ningún espejo lo puede ver porque se cree aparecido que va y viene
sacudiendo la escoba en la cocina
abriendo las ventanas
mostrando el ombligo
un hueco gigante por donde se escapa para que yo no lo escriba
4 Comments:
Me encanta este poema, Ariadna. Es como un animal salvaje, con mucha garra.
Está buenísimo mujer, una sonoridad muy bella: "se sienta en la acera con los dientes sucios"... ¡Precioso! Tiene vida. Ciao. DaNiELiTa BoNiTA
y sin embargo nos sale al encuentro...
así se me puso él, Rosa, como animal salvaje, no sabía como domarlo, bueno, nunca lo domé, ni al caso, no se puede, gracias linda.
Daniela, ponte a sacar tu blog, ya me estás quillando loca! jaja, póngase en eso y gracias por pasar por aqui como siempre
peregrino, así mismo es, sí, señor, llegan donde está uno, como quien no quiere la cosa
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