mayo 31, 2005

otra coronita de flores

Tengo que presentar un relato de tres cuartillas en mi clase de creación literaria. ¿El tema? Hay un señor que era dueño de un fábrica y que se murió, entonces la escena debe desarrollarse en el velorio. El profesor le entregó a cada alumno un personaje que tiene que ver con el señor muerto, y cada uno de ellos está presente en el velorio. Yo soy una obrera de la fábrica, y ésta es mi tarea, apenas la leeré en clase hoy, apenas la terminé de hacer ahora.
¿Cuánto tiempo tiene que pasar para que entierren al viejo ése? A mi no me pagan horas extras para estar aquí sentada mirando a la gente llorar, ¡Qué patético es todo esto! Me dan ganas de empezar a vender palomitas en pleno velorio, cocaleeecas, cocaleeecas, amigo, diez pesos le vale, diez pesos le cueeesta, voy a tener que tomármelo más en serio y ponerme a vender algo en el Zócalo después del trabajo, aguas de limón, pal calor ¡que mierda!, dos mil pesos al mes y muchísimas pendejadas que hay que aguantar en la fábrica ésa, yo debí nacer rica, cojones, mira que no soy tan mala persona, y si lo soy ¿qué? ¿Acaso la gente te lleva cuenta de los malos hábitos? Esas locuras ya no asustan, tantas vainas que tengo que ver en ésta vida, ¡ja! La señora llorando al marido, hay que ver que las mujeres llegamos a una ridiculez en extremo, con el billetote que le dejó el muerto asqueroso, que dizque lo extraña desde ahora, que no me joda la doña, que el marido bien cuernero que era, ¿estaba por aquí una de las amantes? Si si si, que la vi, pero ¡qué va!, ya se fue, la fatal, le dio resaca moral de seguro, ¡Ojala que a los muchachos no se le ocurra ir a saludar gente!, no tengo ganas de eso, esas frases condolientes me afectan los oídos, no sé que decir, además ¿Por qué diablos tenemos que estar aquí nosotros? ¿Uno qué culpa tiene? Nosotros nada más trabajamos pa’ él. No es justo, carajo, éste tipo se pasó la vida malpagándonos y ahora tengo que llorar por él, ¡ni de relajo!, y la Petrita, coño, por eso es que la clase obrera será siempre una cagada de perro, ni eso, que eso nadie lo pisa, no, no, no, ¿pero por qué llora? ¿Será que van a cerrar la fábrica? Nadie me ha dicho nada, pero si la cierran ¿qué? ¡Mejor! así me pagan mis chelitos que para algo sirven, el baboso de Pedro llamándome anoche, que bien me porté mandándolo al carajo, con las ganas que tenía de escupirle la cara ¿le escupí la cara? No, ombe, si ni siquiera fue a mi casa, el grajoso ése, pero le tranqué el teléfono al menos, ¡ay dios! Hay que ir a saludar a la gente esa, la mujer del viejo, en el fondo, debe estar feliz, la muy cabrona, mira que ponerle una coronita de flores de tan poquita finura, ¡qué barata debió salirle!, están bien feitas las flores, y ella, la pobre, parece que no durmió desde que el viejo cayó enfermo, hay que ver que la vida es ingrata, el viejo ése era malísimo, en toda la fabrica siempre lo escuché decir, que si salía con las muchachas, que si las hacía que se lo mamaran, que si no se qué, bueno, nunca se metió conmigo, eso no puedo decirlo, pero ¡ay de él si lo hubiera hecho! No soy una hijita de mami y papi, bastante trabajo que he pasado en este país de mierda, que dizque me iba a ir a mejor, pero aquí no le dan trabajo a nadie sin papeles, por suerte ya tengo los míos, por lo menos algo le debo al desgraciado éste, no sé, ¿por qué me da rabia que la gente tenga dinero? Sinceramente que la he tenido pesada desde que nací, en Sabaneta al menos conseguía leche de vaca en las mañanas, pero ¿y después? el día enterito sin ver a linda, y aquí, ¡je! Aquí ni eso, que si, que ya voy, Si, si, ya vamos a darles las condolencias a la señora, ¡coño! ¿Pero cuál es la necesidad de Petrita de estar saludando a la doña esa y sus hijos?, lo que tiene uno que tragarse, ¡Ay, señora, lo siento mucho! La acompaño en sus sentimientos ¿la acompañó en sus sentimientos? ¡Ja! Pero que idiota debí escucharme, ¿qué sentimientos? ¿En qué diablos la voy a acompañar? Lo siento, señorita… Señor, lo siento… Nada que ver con la señora ésa, allí está, ¡yo sabía que la había visto ahorita! Pero ¡qué poca vergüenza! Ahí sentadita, como si nada, la perra ésa, ¡uhm! Yo no creo que la doña la haya visto, sino la hubiese echado, aunque ésta gente rica prefiere comer muchísima mierda dizque por no pasar vergüenza, yo creo que por eso no tengo billete, la ahorcaría aquí mismo, ¿Viste a la amante, Petrita?.. ¿Qué me deje de bobadas? Allí está, mira tu izquierda, en el fondo del pasillito ése, ¿no te acuerdas que la vimos saliendo de la oficina del Don varias veces?, y hasta se iba arreglando el vestidito, como una cualquiera… Si, si eso te digo, que no tiene vergüenza, ¿Ella trabajaba en la fabrica, verdad?... ¿No?... ¡Ah, bueno! Uhm, claro que si, que me lo dijo Alfonso un día, que si, que ella llegó con su carita de mosquita muerta a trabajar hace muchísimo tiempo, trabajaba en las maquinarias, se hizo vieja allá, pero el muerto la paró, si, la puso de buenas, hasta parece toda una dama ahí sentada, y llorando, ¡ay, la pobre! ¿Llorando por qué o qué? ¿Un departamento? ¿Le dejó un departamento a la amante? ¡Mierda!... si, si, perdón, ¡ay! Petrita tu si tienes respetos por estas cosas, nadie me oyó, mijita, estate tranquila, y no jodas tanto… claro, mira a ver si nos vamos en un rato, ¿no?.. Ajá, pero yo tengo que irme a lavar la ropa de los muchachos… ‘perame ‘perame, ¡Son las doce del mediodía! Ya ‘ta bueno… ¡Ay! Como tu digas, nada más me avisas cuando ya sea tiempo, según tu y los otros… estoy hablando bajito, Petrita, que nadie me está oyendo, ¡deja de fastidiar, muchacha! Aparte de que tengo hambre, tengo que lavar, uhmm, ¿Habrá llegado Matilde a la casa?, si llegó que lave, ¡carajo! se quedó la sábana encima de la maquina de coser, apuesto que no lava nada la hija de la gran puta ésa, ¡Ah! Y los pantalones de Bonfílio, ¿dónde se quedaron? Es que ese muchacho ‘el diablo no deja la ropa en la canasta ni loco, ¡ay diosito! ¿Qué será lo que estoy pagando con esos muchachos? y Pedro nada de darme algo para ayudarme con la comida aunque sea, los hombres son unos cabrones todos, si, ombe, si, ¡ay, pero que hambre, sinceramente! Éste viejo no se murió de golpe, hace meses que dizque estaba agonizando y estos funerales como que están muy pobres, ni una picaderita ni nada, café, ¿quién diablo’ quiere café con éste calor? Un arrocito, un sancocho, ¡carajo!, en mi pueblo somos mas pobres y cuando se moría alguien ¡había que ver lo que se armaba!, hasta moro de habichuela, espagueti, jugo de naranja, e’ ma’ hasta té, como en casa de los millonarios, y aquí nada de nada, ¿Qué cuántos años tenía? Ay mijita yo no sé, ¿le pregunto a Alfonso? Ajá, espérame aquí que yo lo vi hace un ratito cerca de los otros muchachos, ¡mi madrecita santísima! Que malestar le ha caído a Petrita con la muerte del viejete ése, esto no tiene madre, y ¿cuál es la bondad? ¡Ay, Alfonso! ¿Dónde tu estás? Que ahora a Petrita le ha dao’ por saber los años del don, ¡ah! Alfonso, que Petra quiere saber cuántos años tenía el Don… ¿Sesenta y cinco?... Fíjate que no estaba tan viejo, yo le echaba más años, la verdad… Si, pero el Don se cuidaba mucho, si, ejercicio y todo eso, y mira, se veía viejo, bueno es que la gente blanca tiene ese defecto por lo menos, si, ajá, envejece más de pronto… ¿tu te sabes el nombre completo de él?.. ¡ah! Don Juan Carlos Gutiérrez yo sabía, nombre de rico Tu sabes, Alfonso, que uno siempre dice Don, y Don esto, y Don lo otro, y como la verdad, yo nunca lo vi antes, ni le conocía en persona, y mira qué cosa, que se murió el Don… ¿Y que pasará con la fabrica? ¿Tú crees que la vendan o algo así?.. Si, me imagino, los hijos hace mucho que están metidos en el negocio, a la señorita si la conocía yo, ella ha ido varias veces por la fábrica, a ella si la he visto, fíjate… ¿Y cuándo lo irán a enterrar? Porque dicen que la gente que se muere de esas cosas en el estómago hay que enterrarlas pronto, ¡que se arma un mal olor!... Ah, bueno, no, de aquí a la tarde no pasa nada, me imagino, si, es que en esos casos es mejor darles santa sepultura antes de que empiecen a desintegrarse por dentro… si, ¡ay, Jesús! ¡Qué cosa tan grande debe ser morirse!.. ¿Petrita? Por allí quedó, tiene un dolor esa muchacha, tu sabes que a ella se le murió el viejo hace poco, la pobre, seguro le da pena por la señorita… si, ahorita te veo entonces, ¿Vamos a ir al entierro?... Eso pensé yo, claro, eso es algo más familiar, ahorita nos vemos… éste se cree como que es muy allegado a la familia, ¡peón de mierda! Si se viera él mismo, compadeciendo tanto a los hijos del viejo, y ellos ni lo conocen bien, ni se acuerdan de su nombre, la gente se quiere tirar el peo más alto siempre, ¡ay, virgencita santa! ¡Qué hambre! Aquí hay tanta gente fina, tan blanca, se ve que no han pasado nunca trabajo en su vida, ¿cómo será eso? Tener todo el tiempo a alguien que te haga todo, yo creo que hasta contratan sirvientes para que le limpien el culo cuando cagan, seguro que no se quieren ensuciar las manos, hay que ver que la vida tiene vainas raras, no me sorprendería de que alguien les de la comida en la boca, hasta de eso son capaces, pero pueden ser todo lo fino que sean, pero como que no son prácticos, usando sombrerotes de esos a ésta hora, con éste maldito calor que hay aquí, la verdad es que por más rico que sean los muertos, los velorios siempre son parecidos, un paquete de gente atestándolo todo, sudando, aunque sea sudor de rico, el sudor hiede comoquiera, no hay forma, un cafecito, cojones, porque si no, me desmayo, aquí ni sillas suficientes hay, cuando me muera no quiero nada como esto, no señor, mis muchachitos no me van a velar ni media hora, que eso no sirve para nada, si la gente se muere, a la tierra hay que echarla, sin demasiada fanfarria, que ya se han muerto tantos seres, ombe, ¿qué tanta vaina es?, que todavía la gente se sorprende cuando el otro se muere, ¡uhm! Si la gente no se muriera el mundo estuviera como ésta funeraria, pero con grajo, de seguro, el mundo sería un grajo que se mueve, nada más, porque tanta gente junta lo que da es peste, por dondequiera, si lo sabré yo, que me crié como con catorce carajitos en casa de la vieja, ¡ay, mi Sabaneta, carajo! desde que pueda me voy para mi campo, tanto sacrificio para no poder mandarle ni un peso a mi vieja, la pobre, por ésa yo si lloro, carajo, tanta pobreza que uno tiene, tanta miseria, mis hijos, los pobres, ¿quién sabe que coño les espera? Si ni siquiera van a poder terminar la escuela, esos muchachos, tan brutitos los dos, la Matilde va a tener que dar el culo, cojones, como la maí, uno está condenado diosito, uno está jodido en esta vida, en éste hoyo de nadie, y aún así la gente viene a joder a uno con que se muere un viejo azaroso, ¿Qué me importa a mi, coño? Que se acabe de morir ahí acostado, que la gente viene a eso a éste mundo, o ¿no lo saben ustedes, pendejos? Tantos muchachitos que se mueren de hambre, casi todo el mundo muriéndose de hambre, y ésta gente aquí llorando, gastando lagrimas por un viejo que ya está pagao’, que se pasó de tiempo, que dejó a su familia sin problemas, con lujos, con comida, coño, y mi vieja sin un centavo, con setenta y tres años y jodiendo todavía, peinando calles de arriba abajo para echarse un pedacito de pan en la boca, uno solo, carajo, uno solito al día, y sin embargo se ríe, mi vieja, mi viejita, allá en Sabaneta, un día de éstos se me muere mi viejita y ningún periodista me va a preguntar nada, como a la doña y sus hijos, un día de estos se muere mi vieja y no sale en el periódico, ni pasa el camión, siquiera, anunciándolo, un día de éstos se me va lejos y nadie va a preguntar su nombre completo ni le van a mandar coronas de flores, nadie va a decir nada, lo sé. ¿Eh? ¿Ya, Petrita, nos vamos entonces?.. No, sniff, nada mijita, no me pasa nada, niña, sniff, que se murió el don y me da pena, la verdad, ¡ay si ombe! sniff, me da pena.

mayo 30, 2005

¿Por qué antenitas?

Anoche soñé que los pedacitos de plafones que hay en el techo del baño de mi casa se reventaron en el suelo. Mi sueño fue como mudo, porque la verdad es que yo no escuché cuando se cayeron, porque como siempre se mueven, por la brisa, dice Pato, por un ratón, digo yo, por eso me mantengo alerta mientras estoy cagando o bañándome, porque en cualquier momento me puede caer un animal arriba, pero no sucede nada, y, como decía, anoche se cayeron los plafones, se cayó todo al suelo húmedo de la ducha, y cuando fui a ver, solita, me encontré como con trescientas cucarachas y una, una sola hormiga verde, con antenitas largas en la cabeza, eso, eso ta' muuuy pacheco, me dijo Pato cuando se lo conté, yo también lo pensé, !demasiado alucine, linda! me dije en la mañana cuando me desperté, pero el caso es que mientras yo miraba desde la puerta del baño aquel espectáculo, haciéndomela la loca, porque mi neurosis con las cucarachas es agresiva, me di cuenta de que la hormiga estaba en tremendo aprieto, las cucarachas volaban de un lado a otro, y le pegaban en las antenitas, la tenían tonta, la pobre, así que me senté un rato en la laptop a buscar un remedio para la pobre hormiga verde, que además no me cayó nada mal, y sólo encontré publicidades de Raid. Aproveche toda la eficiencia para matar cucarachas que tiene Raid, más ¡el poder necesario para matar los gérmenes! Raid with GermFighter Ant & Roach Killer es el único insecticida en aerosol que mata cucarachas, hormigas (¡Mieerda, mi amiguita verde!), no no no, ese no, y mientras me fajé a buscar un insecticida que no fuera a matar a Verdi, me sorprendí de lo compasiva que estaba yo con el insecto, así fue como me di cuenta de que era un sueño, y que decepción, de veras, porque no sentía yo tanto miedo a las cucarachas en ese momento, y estaba feliz y hasta me reía, creo, mientras buscaba los datos en internet, y cuando me desperté se lo conté a Pato, y la verdad es que me hizo una cara de pena que me sentó muy mal, por eso me levanté a hacerme un café con leche antes de irme a trabajar, y sucede que me tocó uno de esos días en que te brota la sensación de que todo está perfectísimo y que no hay nada que hacer más que mirar y mirar y anotar los movimientos y moverte, y cuando salí a la calle a tomar el metro, había una muchachita esperando afuera del edificio de al lado, y no sé, tengo la certeza de que ahí, en ese edificio, hay una habitación o todo él es un motel donde los hombres se cogen a las carajitas, porque siempre que llego, siempre que paso, hay unas muchachitas afuera, están esperando, por la forma en que curvan sus piernas para posarse en el piso, por eso lo noto, y porque dan saltitos pequeños en la acera, como JARTAS de estar ahí, y ésta mañana había una de ellas afuera, tempranito, con una mochila en la espalda, y me quedé viéndola un rato por si después en los periódicos presentaban una foto de ella asesinada, pero se me olvidó la cara, me puse a pensar en el sueño otra vez, en lo altruista que era yo en el sueño, y me dieron ganas de ser así, y por eso me puse a llorar en el asiento del metro, bueno, primero no fue por eso, primero fue porque cuando iba a bajar en Chabacano, una señora empezó a cantar la canción de cuna para el negrito, dueeerme, dueerme, que tu mama está en campo negritooo, y la señora cantaba con los ojos cerrados, y traía un niño envuelto que cargaba en un trapo amarrado a la espalda, pero no fue eso, no fue la imagen de ella con los ojos cerrados cargando al muchachito lo que me hizo llorar, sino que el carajito dormía, parecía casi muerto, pero sólo dormía, y yo quería que me durmieran así, porque ni el sueño, ni el café con leche me despertaron esta mañana, y por eso cuando llegué al trabajo, no saludé, y como era tarde, entré con cara de encojonamiento, para que nadie me preguntara nada, y como a las dos horas le dije a una de las muchachas: ¡mierda! tuve un sueño rarísimo, pero no le dije nada cuando me preguntó, y le escribí a mi profesor Carlos, y le dije que había tenido un sueño donde salía una hormiga verde con antenitas y como trescientas cucarachas, pero no le conté más nada, porque todavía tenías las preguntas en la cabeza, atormentándome, ¿es que yo no puedo querer a las cucarachas? ¿por qué solamente la hormiga? ¿por qué verde? ¿por qué antenitas? Ya nadie puede esperar nada de mi, eso fue lo único que me escuché decir, pensando en voz alta, y se lo escribí a una amiga con la que chateaba en ese momento, pero no le dije nada del sueño, no le dije nada de la hormiga, ni de las cucarachas, GENIAL, sólo eso le escribí.
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mayo 25, 2005

basuras, mamaderas, muebles y 3 de la tarde

De camino a mi casa tengo que cruzar dos calles, la primera justo cuando salgo del metro, la segunda, una donde los carros doblan y pasan y pasan, y nunca, bajo ningún concepto, me dejan cruzar, y entonces tengo que adoptar posiciones de suicida y tirarme a la calle, con los brazos abiertos, como buscando pleito, y sólo entonces como que parece que me respetan, les da pena, y la señora que acompaña al hijo de puta que tampoco iba a dejarme pasar le dice: pobrecita, quiere matarse, y el jevo le responde, pinche culera extranjera, que se tire en el metro, es otra opción que tenemos para suicidarnos desde los 60s, y entonces finalmente logro cruzar a la otra acera, y ahí voy, caminando despacito, porque son como las tres quince de la tarde, tengo clases al rato, me da tiempo de bañarme, hacerme una sopa de sobre y hasta afeitarme los sobacos.
Es el camino que recorro todos los días de regreso, como a eso de las 3:15 ,3:30, 3:40, y ya me sé de memoria los negocios, en la primera cuadra paso la fonda de comida corrida, luego dos casas, los policias buscones, igual que en Santo Domingo, la basura que dejan los policias buscones en la calle cuando comen, igual que en Santo Domingo, eso está un poquito más a la calle que en la acera, pero es parte del recorrido, no falla, luego la peluquería de dos maricones donde hace unos días me jodieron los cabellos secándomelos con una plancha y tuve que volver a que me los cortaran, luego tres casa más, como debajo del nivel de la acera, luego otra peluqueria, pero ahí hacen pedicure, manicure, y te ponen moños además, el negocio es de una señora gordita, grasocita, y parece amable, pero nunca está la que le saca a una las cejas y los bigotes con la cera caliente, nunca, por eso ya ni la miro cuando paso, y la señora como que se killó un día porque me vio pasar con el cabello arreglado, o sea, distinto del pajón que llevo diario cuando voy por mi camino, y entonces paso el negocio donde venden camisetas, o donde llevas tus tshirt a que les impriman frases desafiantes, al estilo Kelly Osbourne, y como el lugar es pequeñito lo paso rapido aunque camine muy muy lento, y las frases se cortan, se quedan chuecas y como todavía no llego a mi casa puedo alucinarme con la terminaciones, siempre amanezco bella pero hoy... ¿se me fue la mano? ¿me pasé de contenta? ¿me cagué en la cama? ¿se me perdió el lapiz labial? ¿me botó mi mamá de la casa? ¿se me cayó la secadora en la cabeza? y luego el lugar donde tapizan muebles, y les ponen unas telas de lo más kistch, y colocan los muebles en la acera, como esperando que vengan a buscarlos, y me dan ganas de sentarme a descansar un ratito, y entonces, justo ahí, ya viene la calle en la que tengo que aventarme como una loca, donde el otro día, un señor pasó lentísimo en una Van, pero dejándome por sentado que no me dejaría pasar, y yo que sí, y él que no, pero como que si, y lo noto confundido, como que no está seguro si pasa primero o me deja cruzar y cuando finalmente lo dejo yo que siga, me pasa por el lado doblando despacito despacito, y con la cara como aventada de aire, ROJISIMO, porque había una tipa grande gorda mamalona con la cabeza posada entre sus piernas, mama que te mama, mama que te mama, una maldita mamada a las 3 y algo de la tarde en plena Baja California, y el tipo con una mano empujándole la cabeza hacia abajo a la muchacha, y me miraba, como invitándome a la mamadera y me quedo mirándolo, y las cejas se me mueven como banderitas de papel !y hacía un jodido calor!, y cuando cruzo la calle, en la otra acera... uhm, no, no la recuerdo, no me fijé, la verdad.

mayo 24, 2005

posición escucha

Fumarme un cigarrillo. No sentada aquí, tal vez en un café al aire libre, sola, leyendo algo, o no, mirando, nada más, y me lo fumaría aqui mismo, pero la jeva que lee su monólogo, dizque al estilo Molly, se voltearía a verme mientras lo enciendo, hasta dejaría de leer por un buen rato en lo que todo se repone de nuevo, algodonada, 1, 2, 3, 4, la muchacha está concentradísima leyendo.
Para empeorarlo todo, me la jugaría más sucio todavía, hacer algo obsceno, me meto un dedo en la nariz, por ejemplo, y el profesor que me mira y hasta se ríe, hum, al principio, cuando todavía mi dedo luce cómico sumergiéndose, meneándose, en un hueco de esos, pero al ratito, como sigo y sigo, empujando y metiendo el dedo índice, mar adentro, más obstinado, entonces él y la gente del aula empieza a preocuparse. ¿Qué cosa le pasa a éta? y empiezan a esperar, como yo, a que salga el demonio, eso que me pertuba en la nariz, me pica en la garganta, en los oídos, huele a moco, pero como no brota nada, ni se nota, aviso fallido, todo el mundo otra vez en posición escucha, y yo con ganas de mear, y se me olvida el moco y el cigarro y el monólogo también, si voy a caer, si, si, y entonces la vejiga que tiembla, ganas de orinar y de reirme, y todo está tan cute, tan pasivo, tan lineal, todo sigue cubiertito de silencio, !ah! pero la jeva del monólogo, y los muchachos con los brazos cruzados en las mesas, y las mandíbulas tiesas, pensando y tomando notitas, la tipa no trajo copias de su monólogo, y yo quiero irme a Nueva Delhi, en un viaje de los de MTV, con las seis modelos que se fueron a la India, a conocer y a cumplir una serie de retos que les puso el canal, y había una japonesa que no sabía ni mierda de inglés, pero todas se subieron en el autobús, transporte turista, y yo ahí, caminando entre las calles, sentándome a cagar en un acera, a lado de un puesto de comida ambulante, y por eso el señor de la comida se mueve, aquerosa, y en Agra, me siento a ver a los fantasmas, y empiezo a saludar a todos los camellos en el desierto, limpiándome los dientes con una pañueleta que compro en un mercado, que tiene adornos, que es finita y suave, y aunque me gusta má que el diablo, en la noche la cojo de sábana, cansada, me tiro en un callejón cerca de un hombre sucio que le da de comer a un niño con la mano mojada, y yo mirándolo, con hambre, con ganas de acostarme a su lado, abriendo la boca y esperando, respira, aspira, el profesor dice que lo que la jeva leyó no es ningún monólogo interior.

mayo 23, 2005

Un pedacito de los pedacitos

Como ven, el poema se llama Pedacitos, es lo último que ha salido de mi cabecita hasta éste preciso instante.

Pedacitos

Cuando me tocaba los talones de los pies
Cuando era pequeña
O sea
Más niña y menos maniática
A mi me daba por metérmelos a la boca
Y chuparlos y lamerlos
y era medio contorsionista
y ni siquiera me reía tanto
es decir
que me lo tomaba más en serio

Cuando eso
yo no me comía las uñas
ni me chupaba los dedos de las manos
ni me jalaba los cabellos
haciéndome piruetas
ni me chirriaba las muelas como los cocainómanos
o sea
que me lamentaba mucho
y que era yo más grande
y más pensante

Ahora me siento demasiado a verme en las paredes
Y me paso mucho tiempo sin decirme nada
O sea
Que ya no me hago la actriz frente a los espejos
Y que entonces me sonrío mucho y sin razones
Y me siento menos sabia cada día
Porque todo lo que me rodea es poquito
Tan pequeñito, tan diminuto
Y aún así yo quepo completita en todas las cosas
Y me salgo de todas ellas cuando me hastío
Y ni siquiera me llamo por mi nombre
Sino que tiro silbidos al aire
O sea
Que me salgo a volar muy lejos de mi cuerpo
Y no me da tanta nostalgia
Como cuando me tocaba los talones

Otro viaje

Fue en noviembre del 2003 la última vez que salió publicada mi columna Cabeza de Ratón en el periódico dominicano Listin Diario, desde entonces, me he estado viajando mucho con la posibilidad de crear una página o, finalmente, un blog.
Para los que conocieron la columna que menciono, les va a parecer que ya he abandonado la poca linealidad que tenía, y me he vuelto más onduladita que nunca, o sea, que ya todo lo mandé a la mierda. Para los que nunca la leyeron será todo más fácil y divertido, simplemente se integrarán, ustedes conmigo, yo con ustedes, al viaje de esta vez, de este ciclo, de esta etapa, que es parte de todo lo que vivo ahora y que en definitiva se moverá y cambiará, así como van fluyendo todas las cosas de este mundo, yo en ellas, ellas conmigo, ellas sin mí, yo sin ellas, yo encima, debajo y con ellas, moviéndonos todos y sin saberlo y sabiéndolo y entonces gozándolo, y a veces llorándolo, pero siempre mirando hacia afuera y hacía adentro de todo este rollo que nos rodea, y que mientras, es nuestro.
El trayecto con los blogs puede ser bien interesante, desde escribir día a día lo que pasa, lo que no pasa, lo que se siente, lo que no, lo que se jodió, lo que todavía le falta joderse, esas cosas bonitas bonitas que se encuentran en las calles de cualquier ciudad y en las cabezas de todos nosotros, e incluso, (decía yo) desde eso de escribir diariamente, hasta no escribir y quedarnos horas y horas mirando la pantalla de la computadora, y pensando, bueeeno, algo habrá que escribir en estos días. Todo es válido.
Yo no les propongo nada demasiado importante (puro delirio) así que hagan lo que quieran hacerme en este nuevo hueco que se abre desde ahora mismo. Lo que gusten, eso eso eso mismo, lo que gusten. Nada +